El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado que está dispuesto a emitir una declaración de emergencia nacional para usar las fuerzas armadas en su propósito de detener y deportar a migrantes indocumentados. Pero el alcance de una declaratoria de ese tipo es mucho mayor, pues podría invocar y utilizar hasta 150 poderes especiales o mejorados, hasta para movilizar los fondos necesarios, incluido el requisamiento de aeropuertos comerciales o de buques navales para transportar a civiles.
Se trataría de una situación extraordinaria, porque si bien desde la entrada en vigor de la Ley de Emergencias Nacionales en 1976 los distintos presidentes han emitido 79 declaraciones de emergencia, esta sería apenas la tercera vez de una declaración con fines de movilización de recursos militares. La primera fue por los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y la segunda fue dictada por el propio Trump en 2019 cuando usó el Ejército para construir el muro fronterizo.
Datos y estudios publicados por el Brennan Center of Justice, un instituto de investigación especializado en leyes y políticas públicas de la Universidad de Nueva York, dan cuenta del abanico de amplios poderes emergentes de los que el presidente de Estados Unidos puede echar mano casi de forma discrecional. Y en muchos casos con una pobre rendición de cuentas.